Autor: Padre Sipan
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra al Espíritu Santo obrando en maneras milagrosas, extraordinarias, en formas totalmente sorprendentes.
Es el libro que nos enseña los hechos del Espíritu Santo en ese tiempo clave de la vida de la iglesia de Jesucristo. Nos inspira a creer que lo que Dios hizo en aquel tiempo lo puede hacer en nuestro tiempo también, porque tenemos el mismo Jesucristo, que es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Este es el libro que nos ayuda a formar una mentalidad sobrenatural.
El versículo 3 dice que:
“…Más yendo por el camino aconteció que al llegar cerca de Damasco repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo y cayendo en tierra oyó una voz que le decía, “Saulo, Saulo, por qué me persigues?”.
¿Por qué Dios eligió a Saulo o, como sabemos, a San Pablo?
El Señor evidentemente tenía un propósito con este hombre sincero, pero mal encaminado. El Señor tenía propósitos con Saulo desde antes de la fundación del mundo y el Señor trajo a Saulo a la vida porque tenía algo que hacer en la vida de él.
La vida de Saulo nos recuerda que tenemos un Dios muy misericordioso. Un Dios compasivo, que está dispuesto a perdonarnos, a lavarnos la ropa y a limpiarnos las rodillas sucias y decirnos, ponte de pie porque yo tengo un propósito para tu vida. No dejes que el diablo te abrume con culpabilidad. No dejes que el diablo te robe la bendición que Dios tiene para tu vida.
Saulo, Pablo, siempre decía, yo soy el mayor de los pecadores, yo no debiera ser el Apóstol que Dios está usando para tan grandes cosas, porque yo perseguí a Cristo. Y sin embargo el Señor tenía un propósito con Pablo, Saulo, y lo quería usar. Dios vio su corazón sincero, vio a un hombre que cuando se dedicaba a una causa era íntegro y la defendía hasta la muerte. Dios vio a un hombre también, que esa es la gente que Dios puede usar. Dios sabía que él necesitaba un hombre de mucho valor físico, porque la manera que lo iba a usar iba a suscitar gran persecución de parte de sus enemigos, y necesitaba un hombre que no se echara para atrás fácilmente. Y vemos que Saulo, Pablo era ese tipo de hombre.
Por tanto, podemos afirmar que Dios está buscando gente esforzada y valiente. Dios busca gente que tenga un corazón que él pueda usar. Dios quiere tu corazón, Dios quiere un corazón dispuesto.
Yo creo que Saulo representaba una persona que tenía un buen motor, tenía un buen corazón, tenía cosas interesantes. Y entonces Dios llama a Saulo por eso, porque era la persona que él necesitaba.
En los versículos 2 y 3 dice: “… Le pidió cartas al sumo sacerdote para que hallase algunos hombres o mujeres de este Camino…”. Gente de este Camino. No dijo de esta religión, porque la vida cristiana es un camino, un estilo de vida, un destino. Es algo que abrazas y va a dirigir todo tu camino en la tierra.
La pregunta que quería hacer a ustedes y a mí es, ¿por cuál camino están andando? Si tú examinas ahora mismo tu vida, ¿por cuál de estos dos caminos estás andando? ¿Por el Camino que es el camino de Jesucristo, de la verdad, el camino de la vida, de la salvación, de la paz interior, de saber que estás donde Dios te quiere y te necesita o estás caminando por un camino que te parece derecho? Tú estás convencido de que estás en lo correcto, y quizás has venido aquí esta mañana para examinar.
Hermanos, yo creo que estamos en un tiempo de la historia de la humanidad en que la palabra que Dios dio desde tiempos eternos se está cumpliendo. Cuando el hombre se aleja de Dios, cuando la humanidad, la sociedad se aleja del camino de Dios, hay consecuencias que vienen, sin que Dios tenga que mover un dedo.
Hay gente que cree que el camino de la tecnología, la filosofía, el pluralismo es el buen camino, y están seguros de eso. Y cuando oyen a gente predicando que Jesucristo es el Camino, la verdad y la vida, se ofenden. Pero él es único que puede detener los ataques del diablo sobre la humanidad.
Nosotros no podemos pedir disculpas por anunciar a la gente que ése es el Camino de la salvación, el Camino de la verdad. Sigue ese Camino y vive. Sigue ese Camino y el Señor te puede arropar con su protección y su gracia, porque él ha venido para que tengas vida y vida en abundancia.
Pero para llegar a ese momento de gracia nosotros tenemos que reconocer que vamos por el camino incorrecto.
Porque creo que van a venir cosas mucho peores. Lo que tenemos son principios de dolores. Son principios de juicios y Dios está diciendo a este Saulo del siglo XXI ¿por qué me persigues? ¿qué tienes contra mí? ¿por qué estás instituyendo leyes que son contrarias a lo que yo he declarado? ¿por qué me rechazas? ¿por qué crees que tu intelecto es más poderoso que la revelación que yo he dejado en mi palabra? ¿por qué persigues a mi hijo? ¿por qué persigues a aquellos que anuncian la verdad y te dicen, ven al Camino verdadero que es Cristo Jesús? ¿Por qué me persigues? Yo tengo propósitos para ti, quiero hacer cosas buenas en tu vida.
Pero el hijo y la hija de Dios tienen que decirle al Señor: tú dime dónde tengo que ir y yo voy a ir por ahí. Antes yo me gobernaba a mí mismo, ahora yo le voy a preguntar al Señor ¿dónde quieres que yo vaya? ¿Qué quieres que haga? ¿Qué quieres que sea? ¿Dónde quieres que me mude? ¿Cuáles son las prioridades y las prerrogativas de mi vida? ¿Cuáles son mis privilegios y cuáles, mis responsabilidades?
El Espíritu Santo te hablará, confrontará, instruirá y enseñará por dónde debes andar. Dios traerá en algunos momentos palabras de revelación a tu vida que cambiarán tu destino, te llevarán por un camino diferente al que tú pensabas que debías ir. Pero el Señor te dice: ahora, cuando tú te levantes de allí, tienes que caminar de una manera diferente. Se te dirá lo que debes hacer.
Queridos hermanos, como conclusión podemos decir que nosotros tenemos que vivir cada día diciéndole al Señor: ¿qué quieres que haga hoy? ¿Por dónde quieres que camine? ¿Qué es lo que quieres que predique? ¿Qué quieres que hagamos? Son preguntas que tenemos hacernos cada dia.
Que Dios les bendiga ahora y siempre.
Amén