Presidente armenio, Serzh Sargsyan: «Queremos un acuerdo de libre comercio con Europa y también la unión aduanera con Rusia»

Vinculada estrechamente a Moscú por lazos históricos y económicos, Armenia mantiene una apertura al mundo que le permite desarrollar alta tecnología asociada a empresas norteamericanas.            

Por Tamara Avetikian Bosaans

Después de concluir su primera visita a Chile, el Presidente armenio, Serzh Sargsyan, prefirió volver a su país en vez de ir a ver la final de la Copa del Mundo, pese a estar a pocas horas de Brasil.

No quiere decir que no le guste el deporte. De hecho, durante su paso por Uruguay firmó acuerdos sobre el tema, pero mucho trabajo lo esperaba de vuelta en Yereván. En Santiago se reunió con la Presidenta Bachelet, firmó un «Memorándum de entendimiento» con la cancillería chilena y se reunió con la pequeña comunidad armenia local. En Argentina, Sargsyan rubricó cuatro acuerdos, entre ellos uno de intercambio de información tributaria, y en Montevideo, otro que eliminó las visas para ir a su país.

En Santiago, Sargsyan se reunió con la Presidenta Bachelet, firmó un "Memorándum de entendimiento" con la cancillería chilena y se reunió con la pequeña comunidad armenia local.

En Santiago, Sargsyan se reunió con la Presidenta Bachelet, firmó un «Memorándum de entendimiento» con la cancillería chilena y se reunió con la pequeña comunidad armenia local.

Armenia es un pequeño país al sur del Cáucaso, con una economía abierta al mundo, pero muy dependiente de Rusia, con la que actualmente negocia un acuerdo para incorporarse a la unión aduanera, que le ampliaría significativamente el mercado para sus productos.

Lazos históricos la unen a Moscú, desde antes de la época soviética, que se mantienen muy estrechos debido a la dependencia energética. Gas y petróleo subsidiado fluyen a Armenia desde el norte, a pesar de que su vecino Azerbaiyán es uno de los grandes productores de crudo, que exporta a Europa a través de Turquía. Las relaciones con Azerbaiyán no son buenas desde el conflicto que los enfrentó en la década del 90 por el enclave de Nagorno Karabaj. Por eso, los armenios confían en Rusia para los suministros y para su defensa.

«Nuestra economía está vinculada estrechamente con la economía rusa. Rusia es un enorme mercado para nosotros. Una tercera parte de nuestro comercio exterior va a Rusia, otra tercera parte a la Unión Europea, y la otra tercera parte al resto del mundo. Hay 1.400 compañías de capitales rusos en Armenia, siendo Rusia el principal inversionista en el país», dice Sargsyan.

Los armenios son conocidos en el mundo por su capacidad industrial, y Sargsyan comenta que muchas empresas multinacionales están instaladas en su país produciendo artículos de alta tecnología. Después del desplome de la URSS, en 1991, hubo que reconvertir buena parte de su industria.

«Esas empresas (soviéticas) tenían problemas; unas porque dependían de las materias primas rusas, otras porque estaban diseñadas para el comercio de la URSS -como la empresa de máquinas eléctricas- y no tenían mercado alternativo», y otras, subordinadas a la URSS, fabricaban una parte de un producto, o repuestos, que después del colapso ya no podían usarse».

Ahora, el Presidente armenio señala con orgullo que las nuevas empresas de alta tecnología están ligadas a firmas norteamericanas, muchas de las cuales tienen filiales en Armenia, como National Instruments que tiene más de 30 laboratorios en su país. El sector crece 15% al año, y da empleo a decenas de miles de personas. «Son empresas donde los jóvenes pueden estudiar, y también son centros científicos. Hay proyectos a distancia en 18 países del mundo», señala.

Entre Rusia y la UE

Armenia sufrió una crisis económica en 2009 que hizo que el PIB cayera 14%. Poco a poco se ha ido recuperando, logrando crecer a un promedio del 5%, y alcanzando un PIB en 2013 de unos 20,6 mil millones de dólares. ¿No le convendría a Armenia abrirse más a la Unión Europea, como lo han hecho otras ex repúblicas soviéticas?

Para el Presidente armenio esa es una opción interesante y explica que su país tiene «privilegios comerciales» con la UE, y que su ideal sería tener acuerdo de libre comercio con Europa y la unión aduanera con Rusia.

– Los acuerdos aduaneros y económicos con Rusia, ¿no restringirán la libertad de Armenia para relacionarse con otras regiones, como la Unión Europea?

«No, para nada. Esos acuerdos nos ampliarán nuestro mercado a uno de 200 millones de personas».

-Países cercanos, como Ucrania, han tenido problemas en ese sentido…

«Las negociaciones con Rusia no significan que romperemos relaciones con la UE. El ideal para nosotros es que Rusia tenga buenas relaciones con EE.UU., con la UE y con la OTAN. Buscamos nuestro beneficio a través de la cooperación, y poder tener un acuerdo de libre comercio con la UE, y, al mismo tiempo, la unión aduanera con Rusia».

– ¿No compromete su independencia la presencia militar rusa, que tiene una base arrendada hasta el año 2044?

«¡Cómo puede molestar al desarrollo armenio una representación militar rusa! No conozco ningún país del mundo totalmente independiente. Estados Unidos es la mayor potencia y siempre tiene aliados. Nosotros fuimos socios de EE.UU. en Irak, Afganistán, y Kosovo. Cuando entras a una unión debes ceder algo de soberanía, pero al revés, recibes garantías de defensa. Rusia no nos obliga a tener esa base militar, si quisiéramos, la retiraría. Y si le preguntamos a la opinión pública, el 80% estará de acuerdo con nosotros».

– ¿Cuál es su pronóstico sobre lo que pase en Ucrania?

«Habrá paz, finalmente. Pero eso depende de la habilidad y capacidad de las autoridades ucranianas para manejar su gente».

 

Fuente: EL MERCURIO, 12 de julio de 2014, página A 14

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