Hoy se conmemora el centenario de lo que el Papa Francisco calificó como “el primer genocidio del siglo XX”, generando la molestia de Turquía.
Por N.Kazazian/J.P.Iglesias
«Mi bisabuelo fue asesinado de la misma manera que la mayoría de los hombres armenios de entre 15 y 45 años: lo llamaron a alistarse en el Ejército turco y al llegar al regimiento lo mataron”, cuenta Nelson Baloian, nieto de Antranig Baloian Melkonian, un sobreviviente de la matanza de 1915 que llegó a Chile seis años después, luego de estar en varios países, escapando del Imperio Turco Otomano (1299- 1923). Lo ocurrido con Antranig se repitió innumerables veces durante ese período. Una masacre de la que hoy se conmemora un siglo.
Nelson Baloian señala que el resto de la familia de su abuelo recibió instrucciones para que rápidamente tomaran las pertenencias que pudieran y al día siguiente partieran en las caravanas -que fueron conocidas como Marchas de la muerte- para ir a “relocalizarse” en Siria. “Mi abuelo se salvó de la muerte que sufrieron la mayoría de los armenios de su edad, debido a que el oficial encargado de organizar las matanzas en esa región lo tomó como esclavo con la idea de que adoptara las costumbres turcas, e incluso le dio el nombre de Ali”, agrega.
“Durante los siguientes meses fue obligado a seguir a pie al oficial turco pasando por poblados donde se organizaban las matanzas. Durante este tiempo le tocó ser testigo de varias escenas horrorosas de cómo los armenios eran masacrados durante las marchas. Me contó que en un lugar, cerca de un río, las madres se tiraban deliberadamente al agua para ahogarse con sus hijos con tal de no ser violadas y descuartizadas por los soldados turcos. Una vez, mientras miraba la infinidad de cadáveres que estaban tirados a ambos lados del camino, trató de ver si conocía a alguno de los fallecidos, pero el oficial turco le dijo: “Deja de mirarlos tanto o te dejamos con ellos”.
Se estima que entre 1915 y 1923 el Imperio Otomano dio muerte a un millón y medio de personas, en matanzas sistemáticas durante las deportaciones, según sostienen varios historiadores, incluido el turco Taner Akcam.
Por su parte, el gobierno turco si bien no niega su responsabilidad en las muertes de los armenios cristianos, rechaza su carácter de genocidio y lo considera como un conflicto armado más en el marco de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y en el que también murieron muchos musulmanes. Además, cifra el número de víctimas en torno a las 300 mil y asegura que nunca hubo intención de eliminar étnicamente a los armenios. Incluso historiadores como el norteamericano Bernard Lewis evitan darle el carácter de genocidio a lo sucedido y el martes pasado, en un comunicado, la Casa Blanca también evitó calificar los hechos de ese modo.
El asunto sigue siendo muy sensible. De hecho, hace dos semanas el Papa Francisco calificó lo ocurrido como “el primer genocidio del siglo XX”, algo que enfureció a Turquía, que convocó a consulta al nuncio papal en Ankara y anunció medidas contra el Vaticano. El Presidente turco expresó su condena por los dichos y aseguró que “cuando políticos y religiosos asumen el trabajo de historiadores no dicen verdades, sino estupideces”. Actualmente 20 países -entre ellos Chile- y 42 estados de EE.UU reconocen el genocidio armenio.
Ejecuciones y exilio
Desde finales del siglo XIX, los armenios -un pueblo de tradición cristiana- se convirtieron en una minoría molesta para las autoridades otomanas que intentaban revivir su moribundo imperio. En agosto de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial y el Imperio Otomano entró en ella como aliado de Alemania y el Imperio Austro-Húngaro. Como relata el documental El genocidio armenio de Andrew Goldberg, las esporádicas revueltas locales de armenios en los años previos crearon suspicacias de que esta etnia pudiera ser un elemento desestabilizador para el imperio, pero el punto de inflexión ocurrió con la derrota del Ejército otomano (en diciembre de 1914) ante las tropas rusas en el Cáucaso, en la que las autoridades otomanas acusaron a los armenios de combatir en el bando enemigo.
Dos meses después de esa derrota, el Imperio Otomano comenzó a desarmar a los soldados armenios del Ejército, arrestar a los altos funcionarios de esa etnia y establecer fuerzas especiales para realizar operaciones contra ellos.
El 24 de abril de 1915, el gobierno otomano arrestó a cerca de 250 intelectuales y líderes culturales armenios, los que -en su gran mayoría- fueron ejecutados. Posteriormente, con la ayuda del Ejército, cientos de miles de personas fueron asesinadas y deportadas por suponer “una amenaza para la seguridad nacional”. Muchos murieron en las largas travesías hacia los desiertos de Irak y Siria, donde iban ancianos, mujeres y niños.
El alzamiento de los armenios no fue el único problema que enfrentó en ese tiempo el imperio. Esto porque en 1908 un grupo llamado los Turcos Jóvenes llevó a cabo un golpe militar con el objetivo de modernizar el gobierno. Inicialmente, los armenios vieron a este grupo como una suerte de salvación porque abogaban por reformas. Sin embargo, según el profesor de la U. de París, Raimon Kervokián, los Jóvenes Turcos elaboraron entre 1914 y 1915 una serie de medidas secretas de limpieza étnica, diluyendo las esperanzas armenias. Juicios militares posteriores a la guerra resolvieron que los Turcos Jóvenes fueron responsables de la concepción y ejecución del “genocidio”.
RECUADRO
La comunidad en Chile
Según el presidente de la Colectividad Armenia de Chile, Garo Konstantinidis, actualmente viven en el país 200 armenios de primera y segunda generación. De ellos, 80 son socios activos del club, el que conmemorará el aniversario de los 100 años del genocidio con diversas actividades.
El 17 de abril se llevó a cabo una charla en la Pontificia Universidad Católica, en la que participó el teólogo Hugo Zepeda y el historiador chileno Ricardo Couyoumdjian.
Hoy se realizará una misa en la Iglesia Griega de los Santos Constantino y Elena en Nuñoa.
LA POSTURA RUSA
Putin condenó el genocidio
El Presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que “no hay ninguna justificación para exterminios en masa sobre una base étnica”, al referirse al centenario del genocidio armenio. Putin participará hoy en los actos de conmemoración junto a otros gobernantes.
Para entender
Entre 1915 y 1923, se estima que entre 1 millón y 1,5 millones de armenios murieron como consecuencia de la acción planificada de las autoridades turcas.
Turquía ha rechazado históricamente esas cifras y niega que haya sido un genocidio. Asegura que las muertes se dieron en el marco de la I Guerra Mundial.
Juicios posteriores al final de la I Guerra concluyeron que se trató de una matanza sistemática. Este mes el Parlamento Europeo pidió a Turquía reconocer el genocidio.
Fuente: LA TERCERA, MUNDO, 24 de abril de 2015, página 31