Los sonidos del duduk – el tradicional instrumento de madera de damasco de Armenia- se escucharon nuevamente en la Colectividad Armenia de Chile. En un taller impartido por el dudukista Randall Ledermann, participaron novatos de este instrumento y profesionales de otros instrumentos de viento, como el oboe y el trombón, pero que han sentido atracción por el sonido sensible del duduk.
Ledermann, quien tocó en la presentación en vivo de Gladiador y es alumno del dudukista armenio Gagik Gasparyan, enseñó a los asistentes la embocadura correcta, posturas de los dedos para obtener vibratos y cómo mejorar o revivir las cañas o boquillas (a despegarlas y lijarlas).
Desde la ciudad de Molina, en la Región del Maule, Maximiliano Garrido viajó a Santiago exclusivamente al taller. “Cuando escuché el duduk en un concierto de Yanni, me llamó la atención el sonido. Estoy acostumbrado a la boquilla de trombón y hay mucha diferencia. Al soplar es diferente porque no inflas las mejillas y en el dudkuk hay que inflarlas. En el trombón el aire sale del estómago y hay que presionar los labios. En el duduk hay que soltar los labios y apretar lo menos posible la caña”, explica.
Para Maximiliano, “el sonido del duduk es nostálgico, las notas son llenadoras. Pero hay que saber sacarle un buen sonido, porque si no se sopla bien y con la técnica adecuada puede sonar como una flauta. Por eso vine desde Molina para aprovechar esta oportunidad”.